Llevar los juegos de simulación al aula es una forma de que los estudiantes aprendan de una forma sencilla y autónoma. Un aprendizaje colaborativo basado en un juego de simulación supone una mayor facilidad para los estudiantes para aprender haciendo, así como una mayor motivación y entusiasmo por la propia tarea que, sin duda, les dejará un aprendizaje casi sin esfuerzo. Aprender divirtiéndose es la forma en la que los conocimientos permanecen mejor en la mente de nuestros estudiantes.